El nombre Pinot Noir deriva de las palabras francesas pine (piña) y noir (negra). El término pine se debe a que esta variedad tienen unos racimos apretados y cónicos, con forma de piña.​ Un racimo que dada a su estructura es muy difícil de cultivar y requiere grandes cuidados en su desarrollo. Al contrario de otras cepas, ésta es mucho más delicada y compleja. Es poco vigorosa, sensible al viento, a los cambios en el tiempo, a la poda y al suelo en el que crece, ciertamente no es una uva fácil de trabajar.

El Pinot Noir crece en todo el mundo, sobre todo en las regiones frías. En Chile , algunos de los valles que destacan por su producción son el Valle de Leyda, Casablanca y Bio Bio. Valles frescos que permiten una maduración lenta que propicia los aromas en esta elegante cepa que es utilizada tanto en vinos del mismo nombre como en espumantes.

Su fina piel y sus bajos niveles de compuestos fenólicos hacen que el Pinot Noir produzca vinos con un color claro, cuerpo medio y pocos taninos. Cuando son jóvenes, los vinos de Pinot Noir tienden a tener aromas a frutas rojas, como cerezas, frambuesas y fresas. A medida que envejecen, pueden desarrollar aromas vegetales.

El Pinot Noir es un vino bastante simple de maridar debido a sus taninos suaves y amplitud de aromas. Se recomienda una temperatura de servicio de 13-14°C y puede ser el compañero ideal de sabores y platos como pescados, pato, pollo, quesos suaves, hongos y setas.

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